Irene Ugueto Escobar nació el 5 de abril de 1950 en La Sabana en el estado Vargas. Vino al mundo en el seno de una familia donde predominaban las mujeres. Se graduó como Técnico Superior en Trabajo Social y luego como Licenciada en esa misma carrera en la UCV.
Al principio se dedicó a la docencia, pero luego se involucró en la lucha gremial. Fue una de las primeras presidentas del Colegio de Trabajadores Sociales de Venezuela.
En 1988 participó en el Encuentro del Frente Continental de Mujeres que se hizo en Cuba. Allí propuso que se incluyera en la agenda de trabajo la problemática de las mujeres negras en América Latina y el Caribe.
En 1990 creó la Unión de Mujeres Negras de Venezuela. Este espacio se integró a la Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales de Mujeres.
A finales de 1993 estaba coordinando en Pozo de Rosas la reunión preparatoria del IV Encuentro Internacional de Estudios de Verano de la Mujer Negra. Esta cita se llevaría a cabo en Caracas al año siguiente. Sin embargo, la muerte la sorprendió el 28 de diciembre de 1993.
Eumelia Hernández nació en Caracas en el 14 de octubre de1913 en el seno de una familia humilde. Se desempeñó como trabajadora del calzado. A partir de esta actividad y luego de la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, con tan solo 22 años de edad, comenzó su actividad sindicalista e integró el Comité Ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUTV).
Fue vicepresidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela. En 1936 se integró en la Asociación Cultural Femenina que promovía el sufragio femenino y buscaba la reforma del Código Civil para crear leyes que protegieran a las mujeres trabajadoras, embarazadas y a los niños, eliminando la discriminación contra los hijos nacidos fuera del matrimonio.
Fue militante del Partido Comunista de Venezuela. Desde el Partido Republicano Progresista lideró luchas y manifestaciones por los derechos de las trabajadoras y trabajadores. En 1950 dictó la ponencia «Mujer obrera» en el marco de la primera Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en la ciudad de Caracas, abordando el tema de los sueldos igualitarios, protecciones laborales para las mujeres embarazadas y la promoción de campañas de alfabetización.[2] Por su actividad militante, fue detenida y torturada por el gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez (establecido desde 1954 a 1958), sin embargo esto no impidió que continuara su labor en los movimientos de mujeres y por la difusión de la defensa de los derechos de la clase obrera. En 1963 integra la Central Regional de Trabajadores del Distrito Federal y del Estado Miranda al momento de su fundación.
Durante el gobierno de Eleazar López Contreras fue encarcelada por primera vez. Posteriormente, estuvo presa en la cárcel de Los Teques durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, etapa en la coincidió con Isabel Carmona, Carmen Veitía, Panchita de Garmendia, Isabelita Landáez y Celia Poleo, y donde permaneció hasta el 28 de diciembre de 1957. Falleció el 19 de septiembre de 1990.
Elisa Jiménez Armas nació en Zaraza el 30 de abril de 1935. Sus padres fueron Mercedes Armas Guzmán y Pedro Jiménez Pérez. Fue una psicóloga social venezolana formada en la Universidad Central de Venezuela en 1965. Luchó por los derechos de las mujeres, lo que la llevó a ser una de las fundadoras de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (AVESA). Esto le dio la posibilidad de ser nombrada entre las 20 mujeres Venezolanas del siglo XX. Su trayectoria se extendió hasta Latinoamérica y el mundo, promovió y difundió los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos.
Elisa Jiménez Armas fue una psicóloga social, docente y luchadora por los derechos de las mujeres. Formó parte de la Juventud Comunista del liceo Andrés Bello y posteriormente se incorpora a la Unión de Muchachas Venezolanas, quedando como secretaria estudiantil. Durante ese periodo se ocupó de los comités que se creaban en los liceos, de darles actividades y de inscribir la gente. Dentro de las filas de la organización y de su círculo de allegados se le recuerda como una mujer destacada, participativa y muy activa. Falleció el 30 de mayo de 1994.
Yolanda Poleo de Báez nació en Caracas, el 4 de junio de 1925. Hija de españoles residenciados en Venezuela.
Estudió la carrera de Derecho en la Universidad Central de Venezuela, UCV, y egresó en 1948. Ejerció los siguientes cargos: escribiente en la Corte Suprema de Justicia; secretaria de la Corte Superior Segunda y Juzgado Superior Tercero del Distrito Federal; y posteriormente Jueza Civil y Mercantil.
Dictó la primera sentencia sobre Amparo Constitucional, cuando no estaba regulado aquel recurso y la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia era contraria a su admisión; redactora del Proyecto de Reforma Parcial del Código Civil, que significó la igualdad del hombre y la mujer en el orden familiar; participó en la reforma del Título VI de la Ley Orgánica del Trabajo, en relación a los derechos de la mujer trabajadora.
La jurista caraqueña Yolanda Poleo de Báez murió el 13 de enero de 1994.
Olga Luzardo nació en Paraguaipoa, estado Zulia, el 29 de febrero de 1918. Es reconocida por sus luchas revolucionarias a favor de los derechos de la mujer, militante y fundadora de la escuela de cuadros del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y férrea enemiga de las diferencias sociales.
Por largos años vivió en la clandestinidad para evadir la represión de la cual terminó siendo víctima, privada de libertad y sometida a torturas en múltiples ocasiones.
El 24 de mayo de 2016 el Jefe de Estado le otorgó la condecoración Orden Libertadoras y Libertadores de Venezuela, en reconocimiento a su lucha indoblegable contra la explotación del hombre, a su trabajo en la organización sindical y en el movimiento por la igualdad de los derechos de la mujer en nuestro país. Falleció el 19 de septiembre de ese mismo año, a los 100 años de edad.
Elizabeth Tortosa fue una luchadora incansable por las reivindicaciones históricas de la mujer venezolana y del contexto latinoamericano, siempre estuvo presente en cada uno de sus días ganar la batalla por la igualdad de género.
Desde muy joven comenzó su militancia política en la Juventud de PCV, convirtiéndose en una de sus dirigentes más emblemáticas. Años después, en las décadas de los años 70 y 80, en plena Cuarta República, 70 y 80, luchó constantemente contra las injusticias y el sistema represivo impulsado de aquel entonces.
Por trayectoria como mujer combativa resultó electa con el respaldo de las organizaciones de izquierda como concejala por Caracas en 1983. Posteriormente, en abril de 2012, fue designada vicepresidenta para América de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, al ser elegida durante el XV Congreso del organismo, realizado en Brasil.
Igualmente, en marzo de 2019, recibió en la capital del estado Barinas la Orden Batalla de Santa Inés, en su primera clase, en cuyo acto fue catalogada “como una mujer de lucha revolucionaria e Histórica de nuestra patria”.
Así como en otras oportunidades, ese año mismo año, participó en la preparación y organización del I Congreso Internacional de las Mujeres, en el cual participaron por lo menos 320 delegadas venezolanas y 101 invitadas internacionales, donde dejó claro que “ nosotras formamos parte de organizaciones de masas, que luchan por un mundo mejor, donde prevalezca la justicia y la igualdad”.
María del Mar Álvarez nació el 11 de abril de 1930. Comunista desde la década del 50, militó en las filas de la gloriosa Juventud Comunista de Venezuela (JCV) y formó parte de la lucha contra la ignominia capitalista y patriarcal (perdonen la redundancia).
El 17 de marzo de 1951 dio vida, junto a otras batalladoras incansables, a la Unión de Muchachas Venezolanas, organización conformada por cientos de jóvenes quienes decidieron agruparse para combatir a través de Comités la feroz tiranía perezjimenista. Estos Comités hicieron vida en las zonas populares, centros de estudio y puertas de fábricas, a través del trabajo literario, deportivo, cultural, acciones beligerantes, económicas y visitas solidarias a nuestros presos y sus familiares.
Ellas procuraron y lograron unir fuerzas para combatir la dictadura y mejorar las condiciones de la participación de las mujeres en lo público y lo privado. Con operaciones colectivas contundentes organizaron festivales, fueron perseguidas, encarceladas y torturadas muchas de ellas, como nuestra queridísima Yolanda Villaparedes. La Seguridad Nacional suspendió muchas de las actividades, sufriendo un duro revés en 1953; pero esto no impidió que algunos Comités siguieran trabajando, aun en la clandestinidad o el exilio, con permanentes allanamientos y persecución, y muchas de las mujeres continuaron su lucha emancipadora por los derechos de las mujeres y por un país en modelo económico inclusivista. Importante señalar que esta alineación de jóvenes fue fundamentalmente conformada por participantes de la JCV.
Nuestra María del Mar participó en la lucha por los DDHH en la Comisión por la Justicia y la Verdad, plataforma que investiga los crímenes del puntofijismo, régimen que acabó con la vida de muchas y muchos dirigentes nuestros, como el camarada Alberto Lovera, quien fuera su esposo.
Construyó en abono colectivo, herramientas jurídicas que visibilizan a las mujeres, entre ellas la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Marcó un hito en las formas legales, actuando en las distintas comisiones que reformaron el Código Civil en la década de los ochenta, además fue nuestra primera Defensora Nacional de los Derechos de las Mujeres. Ella perfiló estrategias que ayudan a sensibilizar y empoderar a las mujeres: “El trabajo con las mujeres siempre lo vinculamos a sus reivindicaciones, para que interiorizaran que existía la discriminación.
El 14 de agosto de 2014 falleció en la ciudad de caracas.